SEDUCIDA POR EL AMOR

SEDUCIDA POR EL AMOR

     Tengo poquitas palabras y mucho gozo en el corazón. El día 2 de octubre hice mi profesión solemne. Con mucha paz, sabiendo que es regalo suyo, pronuncié mi «Sí» para siempre. Un sí frágil, embellecido solo por El. Sabiendo que la fuerza se realiza en la fragilidad y que su luz brilla en la pequeñez. Gracias Mi Señor por fijarte en mi pobreza. Gracias por enamorarte de mí, de soñarme, de formarme, de llamarme y de amarme.

     Fue una celebración preciosa en su sencillez, pero llena de significado. Dos momentos quiero compartir especialmente: por un lado la oración litánica, ese momento en el que temblaba todo mi cuerpo postrado en tierra, emocionada por el don de la comunión de los Santos. Sin fronteras, con el corazón unido pidiendo la protección de nuestros amigos del cielo. El otro momento fue cuando recibí la alianza de esposa. Por pura gracia.

     Quiero agradecer en primer lugar el cariño de mis padres, que en su ausencia y desde Kenya, me presentaron al Señor. Gratitud a mis hermanas de comunidad por darme todo, por ayudarme a crecer en esta hermosa vocación, por caminar siempre junto a mi. Y cómo no, gracias a las hermanas de la Federación, que estuvieron presentes. Gracias, Isabel, nuestra Presidenta por tantos detalles y todas y cada una de las hermanas me llenaron de amor.

     Ahora me toda vivir ese sí y mantenerlo en la salud y en la enfermedad, en la luz y en la cruz, todos los días de mi vida.

    Mi cariño para todas las hermanas.