Monasterio de Peñaranda de Duero
En la anchurosa llanada de Castilla, acariciada por las brisas del Duero, bajo los pliegues del manto de la ciudad de Burgos, se levanta la villa de Peñaranda de Duero. Fueron los celtas los primeros pobladores que dieron nombre a esta villa: Penna y Aranda procedentes del celta: Pen-nos que significa cabeza, cumbre, altura y Arauta o Aranda, significativo de agua en movimiento, ola río…
Peñaranda de Duero es un pueblo de solera castellana y una luminosa página de Castilla, orlada con primorosas viñetas donde se dibuja a todo color, maravilloso Palacio ducal; histórico castillo roquero, la filigrana gótica del rollo que se levanta con orgullo en medio de la plaza, una de las más bonitas de Castilla; la traza arquitectónica de la que fue colegiata abacial: almenas centenarias que coronan arcos y murallas, casas solariegas y monasterios… Uno de ellos, convento de carmelitas hasta el siglo XVIII, y de Pasionistas hasta el XX, actualmente convertido en Residencia para ancianos y a punto de abrirse…
Y en esta histórica villa está el actual monasterio de Concepcionistas Franciscanas, que fue casa solariega de los Condes y Duques de Zúñiga y Avellaneda, entonces señores de la Villa.
El año 1558 estos señores cedieron su casa, adaptándola a Monasterio, a tres de sus hijas concepcionistas en el monasterio de Torrijos (Toledo). Vino de Abadesa y Fundadora la M. Ana de Zúñiga, junto con sus dos hermanas y otras cinco monjas de Torrijos, y dieron comienzo al actual monasterio de la Orden de la Inmaculada Concepción en esta villa.
A lo largo de estos cuatro largos siglos de existencia, la Comunidad ha pasado por muchas vicisitudes…, estando a punto de suprimirse en el siglo XIX.
El edificio conserva en su estructura la forma de un antiguo palacio, con su claustro de estilo plateresco y el artesonado mudéjar de la Iglesia, si bien ha tenido muchas reformas para hacerlo más funcional para las monjas.