ENCUENTRO DE HERMANAS CLARISAS Y CONCEPCIONISTAS CON MONSEÑOR CARBALLO

ENCUENTRO DE HERMANAS CLARISAS Y CONCEPCIONISTAS CON MONSEÑOR CARBALLO

    Nuestro encuentro fraterno entre hermanas clarisas y concepcionistas ha tenido cobijo en casa de nuestros Frailes Franciscanos bajo la mirada de Nuestra  Madre de Arantzazu.

     Convocadas por la Presidenta Federal de Ntra. Sra. de Arantzazu de Cantabria: Madre Mª Isabel Gil O.I.C y la Presidenta Federal Madre Mª Javier O.S.C.  con el apoyo del Asistente Federal Padre Ángel Pinedo O.F.M

      Del  24 al 26  de marzo, 90 hermanas aproximadamente han participado en este encuentro formativo, desde una visión realista y actitud serena sobre la vida contemplativa hoy y su significatividad, para “ir más allá de lo que se ve” y reavivar el don de la llamada en constante discernimiento delicado y exigente, en palabras de Mons. Carballo, ofrece una profundización de los núcleos esenciales y aplicativos que la Instrucción: Cor Orans y Vultum dei Quaerere, piden a la vida contemplativa; centrándose en las 4 partes de éste: La autonomía, la  Federación de monasterios:(la Presidenta con dedicada atención por los nuevos atributos que se le confía), la separación del mundo, y la formación.

     Di­ri­gi­dos por Mons. José Rodríguez Carballo, OFM., que articuló de manera clara los desafíos a asumir para alcanzar una vida profética que revele el rostro de Dios.

    De sumo in­te­rés para to­das las hermanas fue las conferencias – coloquio, un espacio para exponer las preguntas, dudas, comentarios, etc; que cada hermana con sencillez y confianza acogía la valiosa aportación de P. José, conocedor de cerca de la instrucción y su experiencia como consagrado.

    Sobre la autonomía: invitó a ser conscientes de que “nadie construye el futuro aislándose, sino reconociéndose en la verdad de una comunión que siempre se abre al encuentro, al diálogo, a la escucha, a la ayuda mutua”.

     Las Federaciones: como lugar de comunión carismática entre monasterios con carácter de obligatoriedad, y que favorezca la solidaridad a través del fondo económico federal.

     Importante dedicación a las funciones de la Presidenta Federal que actúa según lo que le atribuye la instrucción Cor Orans, en conformidad con el derecho universal y propio.

     La clausura: no como fin sino como medio necesario para permitir que Dios habite el alma consagrada. Con cuatro formas diversas y las conocidas: papal, constitucional y monástica. La pluralidad de modos de observarla debe ser motivo para preguntarse: “¿A quién entrego mi corazón?, ¿A quién permito que entre en mi corazón?, es una recomendación dejar opción por el tipo de clausura a optar por la coherencia en la observancia en espíritu de discernimiento continuo.

     La formación: desde la inicial hasta la permanente, en cuanto proceso continuo de crecimiento y conversión que abarca a toda la persona, debe favorecer el desarrollo de la dimensión humana, cristiana y monástica de las candidatas y de las monjas, viviendo radicalmente el Evangelio, de modo tal que la propia vida llegue a ser una profecía. “Un itinerario de progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo hacia el Padre”.

     Con un in­ten­so pro­gra­ma y una aten­ción es­pe­cial a la ora­ción, la reflexión y celebración litúrgica re­fle­xio­na­ron so­bre éstas dimensiones propias de la vida contemplativa.

     Des­ta­ca­mos tam­bién la participación del Asistente Federal P. ángel Pinedo, quien dio la bienvenida, concelebró las Eucaristías y man­tu­vo un ani­ma­do co­lo­quio con las hermanas a quienes aprecia con afecto fraternal.

    El he­cho de que par­ti­ci­pa­ran sintiéndose hermanas clarisas y concepcionistas y la actualidad de sus ca­ris­mas supone un en­ri­que­ci­mien­to para la Igle­sia, pa­rá­bo­la de es­pe­ran­za para el mun­do de hoy, y don de fra­ter­ni­dad.

    La ora­ción per­so­nal y las ce­le­bra­cio­nes li­túr­gi­cas fue­ron cui­da­das con es­me­ro y su­po­nen el co­lo­fón de estos días de encuentro. Confiamos en que cada hermana lleva en su corazón una siembra que con la ayuda de Dios ha de crecer y dar fruto con corazón orante. “Como María, ser escalera (además de camilleras y enfermeras) por la que Dios baja para encontrar al hombre y el hombre para encontrar a Dios y contemplar su rostro en el rostro de Cristo”

      Nuestro profundo gracias, gracias y gracias a todos los que desde su ser hermanas-os se pusieron a nuestro servicio, que Dios se los pague…