INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARIA

INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARIA

Hoy, día 8 de diciembre, celebramos la fiesta de María Inmaculada, la fiesta más hermosa para nosotras, concepcionistas, la fiesta de la llena de gracia, la llena de vida, la llena del don de Dios.

¿Quién es María, y más en concreto María Inmaculada para mí?

Me siento orgullosa de ser su Hija. Cuando la miro, la recuerdo, en mi corazón brotan sentimientos de amor, de alegría, de gratitud… Y éstos -que no son sino sentimientos filiales- se hacen, espontáneamente, canto, elogio, oración… Todo lo que de ella encuentro en el evangelio es belleza, grandeza, sencillez, humanidad, fe… En ella se refleja de modo supremo Dios, el rostro y el corazón de Dios… En ella habita de forma plena Dios: “el Señor está contigo”. Qué hermosa criatura, criatura que es apertura plena a Dios. ¡qué hermosa mujer! Dios se sirvió de ella para dotar a su hijo de humanidad. Bien pudo decirnos ella misma: “Me felicitarán todas la generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”.

Me alegra que ella sea lo que es y como es. Aun cuando al decir de ella que es “inmaculada” estén sugiriendo las manchas que hay en mí, su privilegio no la lleva a reprocharme nada.

Hoy miro a María Inmaculada y la encuentro mirando a Dios. Al tomar el Señor carne humana en su seno, aprendió ella que nadie es más humano que Dios; y sintió con fuerza en su corazón la necesidad de acercarse a todos los hombres… Era para ella la manera más noble de honrar a Dios. Es servidora de Dios; y le acoge escuchando su palabra y acogiéndola y acogiendo y sirviendo a sus hermanos.

María no es dichosa sobre todo por el privilegio de su maternidad física, porque “llevó a Jesús en su vientre y lo amamantó con sus pechos”; lo es sobre todo porque “escucho la palabra de Dios y la puso por obra”. Es dichosa “porque creyó”, porque sin cesar trabajó por ser evangelio viviente.

María, te confieso como “la llena de gracia”. Y te pido que seas tú nuestra guía; ayúdanos a ser también nosotros evangelio vivo”