SOLEMNIDAD DE SANTISIMA  TRINIDAD  (Pro  Orantibus)

SOLEMNIDAD DE SANTISIMA TRINIDAD (Pro Orantibus)

Nuestra vida esta en manos de Dios, solo nos basta confiar y tener esperanza en él

Dios desbordado en tres personas distintas y un solo Dios verdadero.Dios amor que vive en intimidad, comunión y unidad infinito con el Hijo y Espíritu Santo y que se desborda desde su cielo a lo profundo del ser humano para que tengamos vida y vivamos con esperamnzasabiendo que somos hijos amados por Dios.El nos ha salvado y redimido por medio de su Hijo que es el camisola verdad y la vida.

¿Quién puede entender el misterio de Dios? Un amor tan grande hasta el extremo ¿Quién puede entenderlo? El mismo Dios por su gran misericordia y ternura nos lo hace comprender por la gracia del Espíritu Santo depositando en nuestros corazones la fe, la esperanza y la caridad.

CC.GG. «La orden de la Inmaculada Concepción es íntegramente contemplativa, seducida por el amor eterno de Dios, vive el misterio de Cristo desde la fe, la oración constante, la disponibilidad y el ocultamiento silencioso manteniendo viva la lámpara que el espíritu encendió en Santa Beatriz de Silva «

La Iglesia nos regala una jornada preciosa dedicada a la oración por los miembros vida contemplativa. El lema de este año es profundamente sugerente: llamadas engendrar esperanza en el mundo de hoy. Decir que monjes y monjas son fuente y portadoras de esperanza porque están conectados con Dios en oración asidua y en su entrega total, suena maravilloso, pero no es tan sencillo como parece. Ciertamente, quien tiene fe, esperanza y amor, está lleno de Dios y engendra vida dondequiera que vaya,. Transmitir esperanza no es lo mismo que optimismo, convicciones, creencias, dogmas, doctrinas sino es un proceso que parte de una experiencia profunda de encuentro con Dios, de compartir una intimidad constante con ËL alimentada por la fe firme y las buenas obras. Ser portador de esperanza es ser testigo viviente de la vida, pasión, muerte ty resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Por tanto, la esperánzalo está exenta de desafíos difíciles, de problemas, de crisis, de tentaciones, de contrariedades, de situaciones complicadas. Tampoco se deja condicionar por nuestros sentimientos y emociones, sino que va por encima de nuestras expectativas. La esperanza, para nosotros contemplativos es como un rayo de sol, penetra hasta el fondo del alma y nos alienta, nos inspira, nos hace recuperar la confianza en Dios, nos da valor y fortaleza, nos hace ahondar nuestra relación de amistad con Dios Trino.

Hay muchas amenazas dentro de la vida monástica como fuera de ella. Dentro del ámbito religioso nos sentimos sacudidos por crisis vocacionales, envejecimiento, fusiones y reducción de monasterios. en los ámbitos sociales se sufre la crisis de la fe en la secularización y el ateísmo. Hay gente que cuestiona el sentido de nuestra vocación, que dicen que nos huimos de la realidad, que desperdiciamos nuestra vida en los muros de los conventos… Pero no, nuestra vocación tiene sentido, nos basta la esperanza y la gracia de Dios para llevar a cabo la misión que él nos encomienda. Nuestra vida está anclada en Dios, confiamos en él y hemos encontrado en él un tesoro más valioso que nuestras vidas y en su nombre, seguiremos sembrando su reino en el mundo, pase lo que pase lo pasaremos con él.

Elevemos a Dios a la Iglesia y la humanidad entera en sus gozos y problemas con nuestras humildes oraciones y vida entregada. Nuestros corazones están abiertos para amar, acoger y escuchar a quienes buscan paz, consuelo, sanar heridas. Nuestros brazos están abiertos para abrazar a quienes andan perdidos y necesitan encontrarse con Jesús. Nuestros monasterios están disponibles para quienes necesitan cualquier ayuda espiritual y material en la medida de nuestras posibilidades. No somos ángeles con alas, ni Supermanes, pero sí, hombres y mujeres a quienes Dios Amor nos ha concedido gracias especiales mediante una vocación, para ser portadores y reflejos de su SER.

¡Les deseamos de corazón y en constante oración, muy feliz Solemnidad de Santísima Trinidad y fructífera Jornada pro orantibus!